El apetito no se puede comprar
Incluso un millonario sólo puede comer lo que su estómago le permite. Lo que pida de más debe ser dejado de lado. Lo que se aplica a la...
Como sugerencia... una técnica básica, ridículamente simple pero efectiva para un tipo de meditación, reflexión o contemplación muy simple.
Dos veces al día, antes de levantarme de la cama y antes de ir a dormir, hago una breve meditación sobre el aspecto del principio propuesto para esa semana y cómo podría aplicarlo durante el día. Por la noche, antes de dormir, repaso el día buscando cómo apliqué el principio (o cómo lo hice), señalando los momentos de mayor unidad y los de contradicción.
No es una práctica de 20 minutos ni siquiera de 5 minutos. Eso es importante. Solo un par de momentos enfocados.
Mantener estas reflexiones breves y centrarme en ejemplos concretos de mi vida cotidiana me ha ayudado mucho en este trabajo. Los resultados han sido desproporcionados a la simplicidad del ejercicio.
Sin gran inversión de tiempo. Sin costo alguno. Sin gurú, life–coach o maestro. No hay fuegos artificiales como Silo solía decir. Sin embargo, sospecho que no soy el único en encontrar que esos pocos (muy pocos) minutos pueden cambiar la vida. Pruébalo! Nada que perder, todo por ganar.